Meditación de la Semana
Segiundo Domingo de Adviento
Sigo mi camino del adviento, con la Iglesia, preparando tu Navidad.
Sigues caminando, Señor Jesús, al encuentro del hombre.
Tu camino es camino de paz, de armonía, de entendimiento.
Camino, donde no juzgas por las apariencias, ni sentencias de oídas, sino que defiendes con justicia al que sufre.
Camino donde quieres que sueñe que un mundo distinto es posible,
que las cosas, por muy complicadas que me parezcan, pueden cambiar, si Tú estás en medio como bandera en lo alto, mostrando la gloria de presencia.
Camino que hay que allanar, conversión de vida y corazón, pecados que confesar. Está cerca el Reino de Dios
Jesús, germen de David, que vienes como niño que no tiene miedo de extender la mano a los venenos de nuestra humanidad. Que sepamos acogernos para gloria de Dios, no por temor, sino por el amor de tu presencia en medio de tu pueblo.
Dios de misericordia, que los afanes del mundo no entorpezcan tu llegada a mi vida. Guíame con tu sabiduría al encuentro de tu Hijo que viene, que está cerca, que está aquí para salvarme.